Ayer, miércoles 13 de abril, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD Chile y la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, ONEMI, firmaron un Memorándum de Entendimiento con el fin de identificar iniciativas conjuntas, para apoyar a la ONEMI a fortalecer el desarrollo de las funciones que corresponden a su mandato. En el mismo acto, se lanzó la Iniciativa Conjunta ONEMI-PNUD titulada “Adecuación de estándares internacionales para la respuesta en emergencias en Chile”.
El acuerdo fue firmado por Antonio Molpeceres, Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Chile y Representante Residente del PNUD y Ricardo Toro, Director Nacional ONEMI. La actividad contó con la participación de algunas autoridades y parte de los equipos técnicos de ambos organismos.
Como mensaje principal de la firma de este convenio, ambas instituciones destacaron la importancia de la incorporación de la Gestión del Riesgo de Desastres de forma transversal en el actuar público y de fortalecer el Sistema Nacional de Protección Civil en los territorios.
Además, el Representante Residente destacó el rol de la ONEMI como coordinador del Sistema Nacional de Protección Civil y la importancia que tiene el liderazgo asumido por ONEMI en querer entregar una respuesta pública acorde al Derecho Internacional Humanitario, y en ajustar las dinámicas de respuesta emergencias en los distintos territorios del país.
El Acuerdo suscrito, formula tres grandes áreas de cooperación, para el período 2016-2018, que son:
- Área de Cooperación 1: Desarrollo de Capacidades
- Área de Cooperación 2: Apoyo al fortalecimiento de la Oficina Nacional de Emergencia en las funciones que desarrolla dentro de su mandato
- Área de Cooperación 3: Fortalecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil
Dentro de la segunda Área de Cooperación es que se dio inicio a la iniciativa de “Adecuación de Estándares Internacionales para la Respuesta a Emergencias en Chile” orientado a fortalecer la logística y aumentar la eficiencia en el uso de los recursos destinados a las fases de preparación y respuesta a emergencias, a través de la incorporación e institucionalización de estándares internacionales de acción humanitaria y la coordinación con el resto de actores.