Marea Roja: La reiterada pesadilla de los pescadores

Según informó el diario “La Tercera”, en 2016 y 2017 se registraron episodios de marea roja en el sur del país, generando grandes pérdidas económicas a los pescadores locales. Este año, se detectó la presencia de 350 microgramos de veneno, superando el límite permitido de 80 mcg.

Nuevamente Chiloé. Al parecer, la naturaleza no da tregua y vuelve a azotar la Marea Roja en la zona sur de la isla, provocando el cierre de zonas de extracción de mariscos y, por lo tanto, afectando la fuente laboral de chilenos que solo perciben ingresos de los recursos obtenidos desde el océano austral del país.

La floración de algas nocivas, popularmente conocida como Marea Roja, ocurre cuando colonias de microalgas (fitoplancton) se multiplican, llegando a elevadas concentraciones, produciendo toxinas que tienen efecto en las personas y en todos los seres vivos que habitan el ecosistema, explica el Investigador del Centro de Investigación en Recursos Naturales y Sustentabilidad (CIRENYS) y académico de la Universidad Bernardo O’Higgins, Carlos Lara.

“La ocurrencia de estos eventos nocivos para el ambiente, descritos en algunos lugares del hemisferio norte desde 1840, entre sus impactos negativos incluye la muerte de aves marinas, moluscos y comunidades bentónicas, corales y algas. Además, la producción de toxinas produce alteración del hábitat marino y estructura trófica”, detalla el docente.

De acuerdo a lo expuesto por el investigador, desde al menos 20 años ha sido descrita la ocurrencia de estos eventos nocivos en Chile. Pero el último tiempo, la Marea Roja se ha presentado con mayor agresividad, situación que preocupa a las autoridades locales porque está avanzando rápidamente en el territorio chilote, temiendo que la situación se vuelva insostenible como hace dos años, que abarcó desde las costas de Valdivia hasta Aysén.

Estos eventos están asociados a un efecto antropológico, porque “se modifican las condiciones ambientales locales y, por si fuera poco, el efecto del cambio climático parece generar condiciones propicias para su ocurrencia”, revela Carlos Lara, entendiendo que el calentamiento global está provocando que la floración de algas nocivas “aumente dramáticamente su intensidad y niveles de toxicidad”. Sin embargo, no descarta que otros factores influyan, principalmente, apuntando a la responsabilidad de la acción humana.

En la siguiente imagen, podrán comprender el factor climatológico que menciona el investigador de CIRENYS:

“Como ha sido descrito por una estudio científico liderado por Jorge León-Muñoz y colaboradores en la revista científica de corriente principal ‘Scientific Reports’, la coincidencia de varios eventos anómalos a nivel atmosférico y oceanográfico – como  El NIño, y otro índice polar llamando Southern Annular Mode – pueden hacer sinergia con anomalías locales, generando condiciones propicias para la ocurrencia de estos eventos nocivos en sistemas oceánicos adyacentes y, porque no, lejanos a la Patagonia”, comenta Lara.  

Además de la preocupación por la salud de la población ante el consumo de mariscos que porten Marea Roja, es otro verano que los pescadores de la zona se ven de brazos cruzados ante un fenómeno que, como especifica el académico de la UBO, es muy probable que se repita todos los años, porque la naturaleza acuática del sector está en amenaza latente de que se reactive el evento, por lo que deberán prepararse para enfrentar las próximas temporadas estivales.

CEH en Simposio sobre la Historia del Delito en las Américas

El Investigador del Centro de Estudios Históricos y académico de la Escuela de Historia y Geografía, Dr. Víctor Brangier, participó como expositor en el V Simposio de la Red de Historiadores e Historiadoras del delito en las Américas (REDHHDA). El encuentro se llevó a cabo entre el 27 de febrero y el 1 de marzo en la Universidad de La República, en Montevideo Uruguay. El Dr. Brangier presentó la ponencia titulada: “Acusaciones contra juces legos ante jueces de letras: uso social del avance de la justicia letrada. Zona centro sur de Chile, 1824-1875”. Cabe destacar que el Dr. Brangier integra REDHHDA desde el año 2014 y ha participado en sus encuentros en Santiago, en Rio de Janeiro, en Montevideo y próximamente lo hará en la VI versión del Simposio en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá.

Publicación del último número de Autoctonía

 

Con agrado, el Centro de Estudios Políticos, Culturales y Sociales de América Latina (EPOCAL) y el Centro de Estudios Históricos (CEH) de nuestra Universidad presentan el último número de Autoctonía. Revista de Ciencias Sociales e Historia, correspondiente al Volumen 2, número 1, enero de 2018. Esta publicación inaugura la sección dossier temático que, en esta oportunidad, esta dedicado al fenómeno de las Migraciones en América Latina, además de un artículo de Historia y seis reseñas. Esta última publicación ha mejorado su calidad editorial así como el nivel de sus autores, entre ellos, contribuciones de países como Estados Unidos, México, España, Brasil, Argentina y Chile. Paralelamente, con este tercer número el equipo editorial comienza el proceso de idexación hacia Catálogo Latindex, visibilizando al mediano plazo su incorporación en ERIH-PLUS y Scopus.

Investigadora de CIRENYS se adjudicó nuevo proyecto FONDECYT

Entender cómo evolucionan ciertos modos de polinización por parte de las abejas y su interacción con las plantas, es el objetivo del proyecto Fondecyt de iniciación 11170377 que se adjudicó la investigadora Maureen Murua, investigadora del Centro de Investigación en Recursos Naturales y Sustentabilidad (CIRENYS) de la Universidad Bernardo O’Higgins, titulado “Ecological and evolutionary consequences of nototribic pollination mechanism in the oil-rewarding Calceolaria species”.

El trabajo de investigación contempla 3 años de ejecución en la Región del Maule, y buscará comprender cómo evoluciona el sistema de polinización nototrívico, y saber si efectivamente ocurre para mejorar la eficiencia de la planta, generar un crecimiento de la población y/o que exista una mayor diversidad genética.

De acuerdo a lo que detalla la investigadora, este proyecto tiene un componente ecológico: entender cómo las abejas llegan, interactúan con las flores y transportan el polen para depositarlo en otro lugar; y un componente genético: conocer la influencia de la polinización en distintos lugares para identificar los flujos de genes.

Al respecto, Maureen Murua explicó que “como investigadora, ganaré experiencia, será el puntapié inicial para hacer más proyectos y redes. Como académica, creo que permite transmitir el funcionamiento del método científico, generar inquietudes y solucionar problemas de la vida cotidiana”.

Además, señaló que esta investigación no solo beneficiará a la Región del Maule, sino que también al conocimiento nacional, porque se puede entender lo que sucede con las especies que crecen en el país, es importante conocer la biodiversidad y cómo funciona el proceso de la polinización.

Cambio climático: Una transformación normal alterada por la humanidad

La Organización Mundial de la Salud explica que, en los últimos 50 años, la actividad humana y, en particular, la emisión de combustibles fósiles, han liberado grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, emanación que aumentó en más de un 30% a partir de la revolución industrial, afectando al clima mundial. 

Pavimentos derretidos en Sidney, nevazón en el desierto del Sahara, el mar congelado en Massachusetts o la tormenta eléctrica en La Araucanía son los acontecimientos más impactantes de las últimas semanas. Recordemos, también, la fuerza devastadora del huracán “Irma”, los destructivos aluviones en Chañaral y Villa Santa Lucía o las infernales olas de calor en el Gran Santiago.

Efectos producidos por una fase natural del planeta o del cambio climático, lo cierto es que el desarrollo de las actividades diarias se ven afectadas, principalmente por las consecuencias que dejan las inestabilidades climáticas a las que estamos expuestos en distintos puntos del planeta. Entonces, al ser testigos de estos acontecimientos, ¿a qué atribuimos estos fenómenos?

Las temperaturas más altas que lo habitual y los diferentes sucesos en Chile u otros países, pueden ser efecto de lo que está ocurriendo, un fenómeno que responde a múltiples variables climáticas con causas naturales y antrópicas”, explica Maureen Murúa, académica e investigadora del Centro de Investigación en Recursos Naturales y Sustentabilidad (CIRENYS) de la Universidad Bernardo O’Higgins.

De acuerdo a lo que indica la académica, los cambios en el clima se han registrado desde tiempos memorables, ya que las glaciaciones y los periodos interglaciares son ciclos que suceden, como mínimo, en una escala centenaria. Es así como el ser humano y el planeta son los responsables de esas marejadas más fuertes, de temperaturas extremas o cambios a los que no estamos acostumbrados y atribuimos al Calentamiento Global.

De esta forma, la Investigadora de Cirenys comenta que “en la medida que emitimos más gases, rompemos el equilibrio natural y cuesta que el planeta genere su homeostasis. Diría que el cambio climático es alarmante porque está ocurriendo aceleradamente, así es que debemos tomar conciencia”.

El rol de los líderes

El 12 de diciembre de 2015, la capital francesa fue testigo de un pacto ambientalista histórico. 195 de los 197 países pertenecientes a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático forman parte el “Acuerdo de París”, instancia en que los líderes mundiales se comprometieron a gestionar una economía baja en emisiones de carbono.

Pero 2 años más tarde, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a la potencia mundial del tratado, actuar que Maureen Murúa no comprende, ya que asegura que “es parte de la ignorancia (del líder norteamericano) decir que es un invento. El cambio climático es real y está ocurriendo: las temperaturas son más altas, hay precipitaciones donde no eran recurrentes, el nivel del mar ha aumentado… es preocupante”.

Además, es enfática en recalcar que la función de los medios de comunicación y de quienes encabezan la política de cada país, “porque mientras se diga que es mentira, la ciudadanía no tomará conciencia de la contribución que puede realizar, por más pequeña que sea, para recuperar el equilibrio del ecosistema natural de La Tierra”.

Es por ello que, como lo informó “El Mostrador” en su edición online, Chile ratificó el Acuerdo de París sobre cambio climático, donde se comprometió a seguir desarrollando políticas en ese sentido y avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos de crecimiento sustentable.

Queda mucho por sembrar

Por lo menos hay una voluntad política para firmar tratados que colaboran, contribuyen y van en la línea de la buena fe para hacer mejor las cosas”, destaca la investigadora de la UBO, pero revela que es frustrante que Estados Unidos se haya retirado siendo que es uno de los mayores emisores de gases efecto invernadero, mermando el esfuerzo internacional.

Por la misma razón, manifiesta que aún faltan muchas acciones por implementar y respetar, porque se necesita un cambio cultural de la población en general, ya que sin educación ciudadana, considero que es difícil que se puedan tener mejores resultados o que se pueda avanzar.

En Chile, falta cultura científica ciudadana. Cuando se implementa alguna iniciativa, es necesario que se haga partícipe a la población junto a una educación ambiental, ya que, si no se transmite ningún proyecto, nacional o internacional, no se logrará establecer esta conciencia en la comunidad”, sentenció Maureen Murúa.

Realizar acciones tan simples como el reciclaje para evitar el deterioro apresurado del Medio Ambiente, tener su propio huerto, o el autocuidado de no exponerse a situaciones riesgosas provocadas por eventos climatológicos, son fundamentales para crear conciencia en las futuras generaciones, quienes tendrán en sus manos el futuro de la casa de todos.

Investigan cómo el cambio climático global podría favorecer la propagación de mosquitos tropicales transmisores de virus humanos hacia otras regiones de América

A menudo, se discuten los efectos del cambio climático en términos de la pérdida de la biodiversidad. No obstante, poco se habla sobre las consecuencias que este fenómeno tendrá en la propagación de enfermedades desde un sitio a otro. Este fenómeno podría extender las condiciones  húmedas y cálidas que caracterizan a las regiones tropicales hasta lugares con climas temperados, facilitando la migración de los mosquitos vectores de virus humanos a otros espacios geográficos.

En este contexto, la Dirección de Investigación e Innovación de la Universidad Bernardo O’Higgins, a través de su Centro de Investigación en Recursos Naturales y Sustentabilidad (CIRENYS), desarrolla el proyecto denominado “Modelamiento de la ampliación de distribución geográfica potencial que exhibirán los mosquitos vectores de patógenos que afectan a los humanos como consecuencia del cambio climático en la región Neotropical”.

El investigador, Dr. Leonardo Fernández, explica que el objetivo de esta iniciativa es modelar, bajo el contexto del cambio climático global, la distribución geográfica que exhibirán los mosquitos vectores de virus humanos – como el dengue, zika, etc. – en los próximos 5, 10 y 20 años dentro de la región Neotropical, área biogeográfica de América del Sur, Centroamérica y parte de Estados Unidos.

El investigador destaca que, para cumplir el objetivo del proyecto, se formó un grupo de trabajo multidisciplinario compuesto por investigadores de Chile, Paraguay, Colombia e Inglaterra; y dos estudiantes de pregrado de la UBO. “En conjunto, estamos construyendo una enorme base de datos compuesta de millones de datos georreferenciados, los que, a su vez, representan cada una de las ocurrencias geográficas históricamente observadas para estos mosquitos en la región Neotropical. Esta base de datos será utilizada para modelar espacialmente y, a través de algoritmos estadísticos Bayesianos – implementados en sistemas de Machine Learning -, la distribución potencial que exhibirán los mosquitos vectores de virus humanos bajo el contexto del cambio climático”, recalca Fernández.

Los resultados de estas investigación permitirán a los gobiernos conocer la distribución geográfica potencial que exhibirán los vectores de virus en el corto y mediano plazo y, por tanto, desarrollar medidas efectivas de prevención, control y mitigación. Además, serán sometidos a revistas de impacto internacional, y, probablemente, abrirán nuevas preguntas y líneas de investigación asociadas a la dispersión de vectores de enfermedades humanas a través de grandes escalas espaciales.

Taller de nivel internacional fue dictado en la UBO

El creador de plantillas gratuitas de trabajo en R, Dr. Liam Revell, llegó a la Universidad Bernardo O’Higgins para dictar el “Taller intensivo sobre el uso de métodos filogenéticos comparativos en R”, en el marco de la visita que realizó el investigador de la U. de Massachusetts y del Rosario (Colombia) para colaborar en el proyecto Fondecyt de iniciación 11160271 del investigador del CIRENYS, César González.

Al tener la oportunidad de que el Dr. Revell venga a apoyar mi proyecto, aprovechamos de tomar su iniciativa de trabajo en el programa computacional para ofrecer un curso especializado gratuito para los profesionales de las universidades chilenas”, explicó el Dr. César González.

Fue un curso muy específico, el que estuvo destinado al aprendizaje del uso de métodos computacionales aplicables a la investigación evolutiva, con la cual se consigue una aproximación experimental digital ante información compleja de obtener, siguiendo los patrones de progreso natural en organismos vivos.

El investigador del Cirenys considera que esta es una muy buena instancia para la gente que se encuentra trabajando en estos temas, “porque así pueden tener contacto directo con una persona del nivel de nuestro colaborador, que está dispuesto a contribuir y enseñar la funcionalidad de un programa que facilita la investigación”.

El Centro de Investigación en Recursos Naturales y Sustentabilidad espera que los profesionales que asistieron al taller, hayan aprendido a utilizar una importante herramienta para el desarrollo de investigaciones con la instrucción de su mismo creador, el investigador canadiense Liam Revell.

Investigador Asociado dictó Charla de Drones en la UBO

Entre los días 9 y 11 de enero se realizó en dependencias de la Universidad, una charla sobre “El uso seguro de Drones” para voluntarios. Dado el aumento progresivo de drones, la ONG DroneSar Chile tiene una constante preocupación sobre el uso y administración de este tipo de aparatos. A la actividad asistieron 20 personas, y fue seguida por otras 500 en Facebook Live.

Dentro de las líneas de trabajo que tiene DroneSar Chile con el Observatorio en Gestión de Riesgo de Desastres, se encuentra la creación de una red de alumnos voluntarios de Ingeniería en Geomensura y Cartografía, que actué en situaciones de emergencia, procesando las imágenes captadas por los drones, entregando así cartografías e información útil a la toma de decisiones de las autoridades.

Relanzamiento de Revista Científica Terra Australis

El Observatorio en Gestión de Riesgo de Desastres y el Instituto Geográfico Militar han relanzado en conjunto la prestigiosa Revista Geográfica de Chile: Terra Australis.

La revista, abocada a las Ciencias de la Tierra, tiene una historia de publicación que data de 1948 cuando se lanza su primer número. Actualmente, la Edición está a cargo de Fabiola Barrenechea Riveros, Directora del Observatorio en Gestión de Riesgo de Desastres y la Dirección de la Revista cae bajo el mando del Tte. Coronel Eduardo Cayul Aristondo, Director Del IGM.

La recepción de trabajos para evaluación y publicación debe realizarse en http://www.revistaterraaustralis.cl

Distribución de la frecuencia sísmica en Chile: un aporte a las políticas públicas en gestión de riesgo de desastres

Carlos Lara Belmar, Fabiola Barrenechea Riveros

Chile es donde se concentra uno de los más altos niveles de actividad sísmica en el mundo, registrándose diariamente un promedio de 200 sismos entre perceptibles e imperceptibles (CSN, 2015). Las estadísticas demuestran también, que en promedio, en los últimos cinco siglos se ha generado un terremoto de magnitud superior a 8 en Escala Richter en alguna parte del territorio nacional (Madariaga, 1991), en donde destaca el terremoto de 1960, el más grande registrado en la historia mundial, con una magnitud de 9,5 en la Escala de Richter (PNGRD, 2014).

De acuerdo a los registros obtenidos desde el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile (CSN), la zona norte es la que presenta una mayor concentración de sismos con magnitud superior a 5.0 Richter en los últimos 15 años.  Esto se debe en parte a la relativa calma sísmica que se ha producido en el sur de Chile, a partir del paralelo 35°S, desde que en esa zona se terminaron las últimas réplicas del terremoto de 1960. A partir de la ciudad de Valdivia al Sur (40°S), prácticamente no hay sismicidad en la zona de contacto entre la placa de Nazca y la de América del Sur (ver mapa frecuencia sísmica).

Gráfico N°1: Frecuencia Sísmica v/s Magnitud

Fuente: Elaboración propia

Como se observa en el gráfico n°1, la zona norte del país, presenta una mayor actividad producto de que esta es la zona de flexión de la placa de Nazca. La velocidad de desplazamiento de la placa es mayor en la zona norte que en la zona sur, por lo que su actividad es mucho mayor.

Tabla N°1: Frecuencia Sísmica

Región N° Sismos Máx. de Magnitud
Región de Antofagasta 476 7,5
Región de Coquimbo 311 8,4
Región de Tarapacá 236 8,2
Región de Valparaíso 109 6,5
Región del Biobío 170 8,8
Región del Maule 104 6,8
Región Libertador Bernardo O’Higgins 95 6,9
Región Metropolitana 79 6,1
Total general 1891

Fuente: Elaboración propia

Si bien la región de Coquimbo lidera la frecuencia sísmica, a nivel de detalle, la mayor concentración de sismos se identifican áreas con una mayor densidad de sismos, entendiendo como densidad, una alta frecuencia de sismos con epicentro en una zona reducida de superficie. Así, se puede apreciar que en la zona  costera de la Región de Tarapacá, frente a la ciudad de Iquique; en la zona altiplánica de la Región de Antofagasta; en la Región de Coquimbo, específicamente la zona entre Tongoy y los Vilos, y en la zona que se encuentra entre la Región de Valparaíso (San Antonio), y la Región de O’Higgins (Pichilemu), se han producido alrededor de 150 sismos con magnitudes iguales o superiores a 5.0 Richter.

Gráfico N°2: Frecuencia Sísmica por Magnitud

Ahora, en la distribución de la magnitud también se observa que la zona norte del país es la que registra la mayor cantidad de sismos de mayor magnitud. Como se aprecia en el grafico n°2, la Región de Antofagasta es la que registra una mayor cantidad de sismos con magnitudes entre 5.0 y 5.9 Richter. Por su parte, la Región de Coquimbo es la que ha experimentado una mayor cantidad de sismos con magnitudes entre 6.0 y 6.9 Richter, siguiéndola de cerca la Región del Biobío.

Resulta importante hacer la diferencia entre terremoto y sismo. Técnicamente, todos los sismos son terremotos. La palabra terremoto se forma de la unión de la palabra latina terra que significa tierra y del sufijo griego moto que significa movimiento, por ello se denomina como terremoto al movimiento fuerte de las placas de la Tierra. A diferencia de otros países, en Chile, la distinción entre sismo y terremoto se basa principalmente en el impacto que genera en la comunidad. Según ONEMI, los terremotos son aquellos que generan un gran impacto y generalmente superan la intensidad VII en la escala de Mercalli, los que generalmente alcanzan magnitudes de 7.0 Richter o superior.

Bajo este concepto entonces, la Región de Tarapacá es la que ha experimentado mayor cantidad de terremotos con sismos de magnitudes superiores a 7.0 Richter entre el año 2002 y 2017.

La escala de Mercalli Es una escala de doce grados que mide la intensidad registrada en un lugar específico y está basada en la percepción de las personas. Para un mismo sismo habitualmente se reportan varias intensidades las que en general decrecen a medida que la distancia epicentral aumenta.

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